La amorosidad de una madre, frente a los obstáculos. Los esfuerzos inhumanos que una mujer debe realizar para salir adelante.
La violencia, simbólica, psicológica.
Lo mucho que desconocemos frente a lo que nos pasa.
Las pocas herramientas que tienen quienes quieren salir adelante.
Este es el drama de una madre que decide separarse, porque es victima de violencia de genero, pese a tener una nena muy pequeña y recursos casi nulos para subsistir.
Con su ex intentando quitarle la tenencia de su hija, mediante artilugios legales. Sin dinero y sin un hogar familiar al que recurrir.
Su mama sufre una enfermedad psiquiátrica sin diagnosticar, ni medicar y su padre tiene una gran distancia debido a que no estuvo presente durante su crianza.
Stephanie Land es el nombre de esta mujer que pudo. Pudo salir adelante, criar a sus hijas, ser voz para todos aquellos que no tienen voz y esta es su historia, contada en primera persona.
"En enero de 2008, escapé de una relación abusiva. Luego me mudé con mi hija de nueve meses a un refugio para personas sin hogar. Sin habilidades de oficina o un título universitario, y en la era de la recesión, la limpieza de casas salió a la superficie como el único trabajo que podía hacer. Durante esos años, trabajé con enfermedades y llevé a mi hija a la guardería cuando estaba enfermas. Mi trabajo no ofrecía paga por enfermedad, ni días de vacaciones, ni un aumento previsible de salario, pero pedí trabajar más. Confié en la ayuda del gobierno para sobrevivir. Las subvenciones para el cuidado de niños, los cupones de alimentos, la asistencia con los servicios públicos e incluso los vales de gasolina fueron absolutamente vitales y permitieron usar mis ingresos limitados para el alquiler. Hubo días en el mes, antes de que se reponga el dinero de los cupones de alimentos, que me fui a la cama con hambre o comí muy poco. Después de pagar las facturas, a menudo no me quedaban más de $ 20 al mes. No importa cuánto trabajé, nunca sentí que fuera suficiente. Al escribir MAID, esperaba que el libro cambiara los estigmas que rodean a las madres solteras, especialmente a las que viven en la pobreza. Los estigmas que dicen que, de alguna manera, merecemos pasar apuros debido a las terribles decisiones que tomamos para llevarnos allí. Esperaba que la gente viese lo duro que trabajamos para llegar a fin de mes y lo mucho que amamos a nuestros hijos. Durante casi una década, apenas sobrevivimos así mientras me abría camino en la universidad. En mayo de 2014, me gradué con una licenciatura en inglés de la Universidad de Montana, di a luz a mi segunda hija y comencé una carrera como autónoma. Un año después, mi ensayo sobre la limpieza de casas se publicó en Vox. Se volvió viral y llamó la atención de un agente literario. En 11 meses, acepté una oferta para publicar mis memorias."
De esta manera esta historia que merecía ser contada, alcanzó su popularidad.
MAID recibió elogios de la crítica, se ubicó en la lista de los más vendidos del NYT durante cinco semanas, se ganó un lugar en la Lista de lectura de verano del presidente Obama y Netflix la eligió para una serie producida por John Wells y Margot Robbie.
Su serie se estrenó el 1 de octubre y hoy se encuentra en el top de los rankings.
Margaret Qualley es la actriz que protagoniza protagoniza Maid como Alex, quien es en la vida real la hija de Andie Macdowell.
Con actuaciones sublimes, escenas deliciosas. Sin caer en lugares comunes. Supieron contar esta historia con un estilo cinematográfico.
Afianzándose en la veracidad de los hechos, amoldándose al libro original, con locaciones perfectamente seleccionadas.
Esta serie tiene todo para ser el éxito que es una historia de superación, una historia de amor, de una mama y su hija.
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