El club de la pelea
Tengo un amigo con problemas para manejar la ira. No lo voy a mandar al frente porque es parte del staff de Irrompibles. Sólo necesitan saber que se fue a las manos en un local de la famosa franquicia de hamburguesas ¿El motivo? Creo que algo de unas papas fritas y que lo habían mirado mal. Seguro cuando lea esta intro de Paint the Town Red me va a mensajear para refrescarme la memoria…
Nota del Cenizas: las papas fritas y las miradas fueron secundarias. La discusión se generó a raíz de una fuerte discrepancia en el concepto de las “colas de espera” del sujeto en cuestión, que atentaba contra 200 mil años de evolución.
La cosa es, que a este amigo mío le vendría muy bien este videojuego. Paint the Town Red hace honor a su nombre: un sandbox armado bajo tecnología Voxel (¿que es voxel?) con el único fin de cagarnos a palos con otras personas.
¿Cómo llegamos a estas situaciones? Por dar un ejemplo: entramos a un bar y cada uno está en la suya. Miramos por aquí, miramos por allá y, como quién no quiere la cosa, ¡agarramos una silla y se la partimos en la cabeza al primer cristiano que se cruza! “¿Qué pasó? ¡La hecatombe! ¡La debacle total!”
De esta manera, el juego nos da la posibilidad de agarrar cualquier cosa que esté a nuestro alcance (literal) para cargarnos gente. Uno de tantos escenarios en los que podemos jugar es un bar ambientado en el lejano oeste. Aquí, echamos mano a sillas, bolas de billar y tacos. Si vamos para la cocina, podemos desde revolear una pava hasta hacernos con cuchillas ¿No hace falta que explique su uso no?
Por supuesto, cada tanto ocurre que perdamos la cuchilla en medio de todo el quilombo. Pero, ¡no se diga más! ¡Podemos recurrir a nuestros puños! ¿Vimos una guitarra por ahí? ¡Venga también! Es un buen adorno para la cabeza de algún vaquero.
En el caso de que nos cansemos de matar sin propósito, contamos con dos modos adicionales. El primero es un roguelike de exploración de mazmorras, donde elegimos entre varias clases, con distintos atributos. Los enemigos son mucho más variados que en el modo sandbox, ya que tienen mecánicas distintas (armas o incluso poderes especiales). De esta forma, cada muerte nos da créditos que canjeamos por armas y mejoras que se acumulan con cada run.
Luego, el segundo es un modo arena donde tenemos que aguantar oleadas de enemigos. Solamente podemos sobrevivir haciendo uso de nuestro ingenio. Los recursos con los que nos largan a pelear son muy escasos.
Así, Paint the Town Red no tiene defectos graves, sólo que no puedo pasar por alto que bajo determinadas condiciones reluce la falta de optimización. Lo jugué en una configuración muy holgada (RTX 2080 Super) y en más de una ocasión los ventiladores de la VGA chillaron.
Estamos ante un juego donde aplica la clásica frase “es fácil de aprender, pero muy difícil de dominar”. Ser eficaces en cada run tiene una alta carga de prueba y error.
Por otra parte, tiene suficiente contenido para engancharnos un buen rato, sobre todo en el modo roguelike. Es un juego para canalizar la ira de la vida cotidiana, pero no esperemos mucho más que eso. En definitiva, es uno de esos fichines que le vendrían muy bien a mi amigo, el de problemas de ira… [i]
Nota del Cenizas: No tengo problemas de manejo de ira y espero en la esquina a quién opine lo contrario.
DESARROLLADO y DISTRIBUIDO POR: South East Games
GÉNERO: Brawler en primera persona
DISPONIBLE EN: PC, Mac, PS4, Xbox One, Nintendo Switch, PS5, Xbox Series
QUÉ ONDA: Un Sandbox de agarrarse a las trompadas con lo que venga.
LO BUENO: Tiene mucho contenido. Si tenemos problemas de ira es un buen anti estrés.
LO MALO: Mal optimizado. Muy notorio en algunas circunstancias específicas porque la VGA se va a pasar de vueltas.
Fuente: Irrompibles