Estudios revelaron que por debajo de miles de metros de hielo en la Antártida se encuentran cientos de lagos de agua de deshielo.
Se pensaba que estaban quietos, aislados debajo del hielo. Se sabe que la Antártida contiene más de 130 lagos activos, Pero en 2007 las modificaciones con láser de la superficie del hielo de un satélite de la NASA se utilizaron para inferir lo que estaba sucediendo muy abajo y se reveló una imagen mucho más interesante.
Observando la enorme capa de hielo notaron que sube y baja, debido a las fluctuaciones en los niveles de agua del lago. A raíz de esto comprendieron que los sistemas hidrológicos conectan muchos de estos lagos, que se llenan y drenan todo el tiempo.
Gracias a la tecnología láser más avanzada cerca de los lagos que se encontraron en el 2007, se halló en la actualidad dos lagos más. Un nuevo estudio muestra que actualmente están experimentando un periodo de agotamiento, también pudieron ver que los límites de los lagos pueden cambiar con el tiempo. Hay áreas donde se ve que la superficie de hielo está bajando, lo que indica que las aguas debajo, están drenando.
Comprender cuánta agua fluye debajo de la capa de hielo y con qué rapidez se puede escurrir al mar, ayuda a tener una mejor imagen no solo de la rapidez con la que cambiara la capa de hielo Antártica debido a cambio climático, sino también como afectara el deshielo de la Antártida, tanto por debajo, con las corrientes oceánicas globales, como el aumento del nivel del mar.
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La capa de hielo de la Antártida tiene un espesor promedio de 2,2 km y descansa sobre un lecho rocoso; El aislamiento, las altas presiones, el flujo de calor geotérmico y la fricción cerca de la interfaz del lecho de hielo conducen a pequeñas cantidades de derretimiento del hielo basal que, cuando se agrega sobre toda la capa de hielo, produce grandes volúmenes de agua subglacial, mucha de la cual se almacena lagos y acuíferos subglaciales. Esta parte del ciclo del agua de la Antártida está en gran parte oculta a las observaciones y es de difícil acceso. Sus mediciones son solo satelitales.
Los datos actuales conducirán a un cambio radical en nuestra comprensión de cómo funciona el sistema de agua subglacial oculto de la Antártida, que es un ingrediente crucial de cómo se comporta y evoluciona una capa de hielo.
