Mas de 1200 empresas se comprometieron a tener CERO NETO para el 2030, en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, en Madrid.
Se subieron al escenario y prometieron públicamente acelerar la reducción de sus emisiones de gases de efecto invernadero, para alcanzar una trayectoria de 1,5 grados que conduzca a cero neto por año.
Pero ¿Qué es el cero neto? Implica lograr la neutralidad de carbono, es decir alcanzar un resultado de cero emisiones de gases de efecto invernadero.
La absorción de los GEI se logra a través de sumideros de carbono. Los sumideros son cualquier sistema, natural o artificial, que absorba más carbono del que emite. Los principales sumideros naturales de carbono son el suelo, los bosques y los océanos, que asimilan el carbono atmosférico y lo transforman en oxígeno.
El objetivo final del cero neto, es limitar el aumento de la temperatura global por debajo de 2°C y preferiblemente a 1,5°C respecto a los niveles preindustriales.
La neutralidad de carbono supone no solo reducir radicalmente las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), sino además compensar las residuales con sistemas de captura y almacenamiento de carbono y otros, de modo que el balance final sea la neutralidad climática.
Es, sin duda, una gran idea hacia un mundo más sostenible en una sociedad descarbonizada.